El actual momento pandémico mantiene la pelota profesional históricamente fatal. Por televisión se pueden ver los partidos fundamentales, el telonero final a veces nos deja a dos velas, pero a los aficionados les ofrece todo lo más importante que sucede. El Adarraga lo tienen olvidado pero tampoco la situación es para echar cuentas.

Se ven buenos partidos y ahí siguen en lo alto Olaizola, Altuna, Ezkurdia y el último añadido a la cabeza: Jaka. No olvidemos al resto ni a Zabaleta, Rezusta, Martija... Desde aquí tenemos dedicación especial a Darío y Zabala, riojanos que no pudieron entrar en la final del Cuatro y Medio de segunda categoría.

Con Ruiz, y en parejas distintas, están peleando en el campeonato de Segunda. Tampoco estamos al día pero sí podemos afirmar que en cuanto a resultados e informes, se da muy poca importancia a los partidos no estelares. En general y en la mayoría de los diarios ni mu.

Los riojanos ganan pocos partidos. Es difícil ganar. Y hay que significar los tantos bien ganados. Pero es llamativo la cantidad de tantos que “se pierden” por fallos claros. Medio frontón, bote normal... y al suelo o bajo chapa. Una y otra y otra. Así no se puede llegar a 22. Una cosa es que “nos” las ganen y otra muy diferente que “las” perdamos o parezca que se tiran.

Nada es fácil en el frontón. Pero es llamativo, y comprobado, que un 60 % de las pelotas por partido, a veces más, van de medio frontón a la pared. “Al ancho”, alguna carambola y poquitas más. Con el daño que hacen las largas al ancho. Y las menos largas ¡Y lo fácil que es decirlo!